La súper estrella dominicana Marileidy Paulino brilló en el Meeting de París la semana pasada al ganar la carrera que forma parte de la Liga de Diamante, evento organizado por World Athletics, lo que anteriormente era conocido como la Federación Internacional de Asociaciones de Atletismo.
La Liga de Diamante es un evento PROFESIONAL, no federado, por el que los atletas que compiten reciben pagos por participar y por los resultados que consiguen en la pista.
Por participar, una atleta del nivel de Marileidy recibe entre US$10 mil y US$20 mil solo por hacer acto de presencia. Al que gana su carrera como fue el caso de Paulino en París se agregan otros US$10 mil.
Es decir, Paulino se embolsilló unos US$30 mil por su triunfo en la capital francesa el viernes.
Por eso, honestamente y con todo el respeto que Paulino se merece, las exigencias que ella está haciendo no son justas.
Reclama Marileidy que tuvo que pasar dos meses en Europa sin su entrenador, el cubano Jaseen Pérez, quien también es entrenador nacional.
Pero lo que falta de la historia es que Pérez no tiene visa de entrada al espacio Schengen, que la otorgan los países de la Comunidad Europea, no la República Dominicana.
También reclamaba la medallista de plata de los Juegos Olímpicos de Tokio y la subcampeona mundial de los 400 metros que no tuvo un masajista con ella para su competencia en París.
¿Se imagina usted que Juan Soto o Fernando Tatis Jr. le reclamen un masajista al Estado?
O no seamos injustos en la comparación, ¿se imagina usted que Carlos «El Caballo Bronco» Medina, boxeador campeón mundial, pida un masajista cubierto por el Estado para pelear por el título?
Marileidy se merece todo el respaldo del mundo, y un poquito más, porque representa y pone en alto el nombre de la República Dominicana, pero no debe ser injusta.
Una cosa es la parte de correr en eventos como los Juegos Centroamericanos, los Panamericanos y los Olímpicos en los que el Estado cubre desde el entrenamiento, la alimentación y la participación de los atletas, incluyendo entrenadores y masajistas, y otra muy diferente los eventos profesionales en los que el o la atleta percibe miles de dólares.
Marileidy tiene mucha suerte porque tiene mucho apoyo económico, tanto público como privado, y todos en el país la respetamos por lo que representa.